Nacida el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, o a 20 kmts. de Los Toldos, o en La Unión, una estancia a 60 kmts. al sur de la ciudad de Junín. Según algunas fuentes, el acta de nacimiento fue falsificada, en cuanto a la fecha 7 de mayo de 1922, para ser más joven y en cuanto al nombre María Eva Duarte, todo esto arreglado cuando la interesada en 1945 estuvo en Junín para contraer enlace con el entonces Coronel Juan D. Perón.
Juan Duarte, conocido como el Vasco, era un estanciero e importante político conservador de Chivilcoy, una ciudad cercana a Los Toldos. El Vasco Duarte como buen poblador, para hacer patria tenía dos familias, una legítima en Chivilcoy, con su esposa legítima, Estela Grisolía y otra ilegítima, en Los Toldos, con Juana Ibarguren y de dicha unión, conforme a la usanza de las circunstancias, no reconoció a ninguno de los cinco hijos habidos ilegítimamente: Blanca (N. 1908 +2005); Elisa (N. 1910 +1962); Juan Ramón (Juancito)(N. 1914 +9 de abril de 1953); Erminda Luján (N. 1916 …) y Eva María (N. 1919 + 1952). Cuando Juan Duarte, el Vasco, murió se le negó el acceso al velatorio a la familia ilegítima (conocida por todos como tal) y se les permitió participar en el entierro.
Eva Duarte tenía un afán de superación, sin perjuicio que con la situación creada por la muerte de Juan Duarte tuvieron que abandonar el lugar donde vivía la familia, pero se mudaron al poco tiempo a Junín. Eva era una estudiante pero le gustaba la declamación y la actuación desde chica. Antes de terminar la escuela Evita fue a Buenos Aires pero debió volver al no conseguir empleo. Evita a los 15 años se radicó definitivamente en Buenos Aires.
Con 15 años, decidió irse a Buenos Aires buscando poder hacer su sueño realidad. Ella deseaba tener fama, y por las revistas de moda que leía -muy difundidas por esa época- le llamaba poderosamente la atención el mundo de los artistas.
Pero durante bastante tiempo sus anhelos se vieron opacados. Evita deambuló por hoteles baratos y pensiones, y llegó a casas de señores que la fueron ayudando en su ascenso (esta fue una etapa oscura de su vida, que jamás afirmó). Por ejemplo, fue ayudada por el director de la revista Sintonía, publicación de gran difusión a fines de los años 30, impulsando la carrera de ésta al sacarla en algunas tapas de la misma.
En 1939, fue nota y tapa en la revista Antena y encabezó un radioteatro, cuestión por la que ya empezó a ser reconocida por la gente. También llegó a actuar en el cine, haciendo estas películas: «La carga de los valientes», «El más feliz del pueblo» junto a Luis Sandrini (gran actor argentino), «Una novia en apuros», entre otras. Sin embargo, se destacó más en la radio y en 1942 aceptó un contrato importante para radio El Mundo.
En enero de 1944, Eva Duarte conoció al coronel Juan Domingo Perón en un festival -realizado en el mítico estadio Luna Park- a beneficio de los damnificados por el terremoto sucedido en la provincia de San Juan pocos días antes. Al mes siguiente ya vivían juntos y dos años más tarde contrajeron matrimonio.
Se casó en 1945. Este mismo año, Perón fue destituido de sus cargos de la secretaría de Trabajo y de la vicepresidencia de la nación y confinado en la isla de Martín García. Entonces mostró Eva su gran energía y carisma para conectar con los sectores nacionalistas del ejército afines a su esposo y con los trabajadores, que se habían beneficiado de las medidas sociales impulsadas por Perón desde su puesto.
La campaña de agitación social que emprendió culminó el 17 de octubre, cuando miles de trabajadores, a los que ella llamó «descamisados», ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir la libertad del político, en una de las mayores manifestaciones populares habidas en el país hasta entonces.
Una vez liberado, Perón se presentó a las elecciones de febrero de 1946 y obtuvo un rotundo triunfo. A pesar de la popularidad de que gozaba, ella no aceptó ningún cargo oficial y prefirió impulsar una política social desde la presidencia de una fundación que llevaba su nombre. Financiada con fondos públicos, la Fundación Eva Perón repartió ayudas sociales a los más necesitados.
Evita, como habían comenzado a llamarla las clases populares, se convirtió en el rostro humano del régimen y en el enlace del presidente con las organizaciones obreras, principalmente la Confederación General del Trabajo (CGT). Su particular preocupación por la situación de la mujer la llevó a fundar en 1949 el Partido Peronista Femenino y a promover desde él medidas orientadas a una mejor integración de la mujer en el mercado laboral.
Gracias a su intervención, la legislación laboral articulada durante la primera presidencia del general Perón se tradujo en unas mejores condiciones de vida de los trabajadores y de los sectores hasta entonces marginados de la sociedad argentina. Tampoco permaneció ajena a la situación del pueblo español, y en 1947 viajó a España, en los peores momentos del aislamiento internacional del régimen franquista. Su visita estuvo precedida por la concesión del gobierno peronista al régimen español de un crédito millonario para la compra de trigo, maíz, carne y legumbres.
En 1951, año en que publicó su autobiografía La razón de mi vida, la CGT la postuló como candidata a la vicepresidencia. Sin embargo, la propuesta topó con la férrea oposición de las Fuerzas Armadas, que veían en ella una amenaza en su calidad de portavoz de la línea más radical y reivindicativa del peronismo. Por otro lado, la propia Eva era reacia a aceptar cargos públicos, convencida de que la eficacia de su labor estaba en la proximidad de su relación con la gente. Además, el conocimiento de la grave enfermedad que la aquejaba la indujo a renunciar a la candidatura en un emotivo acto en el que se dirigió a la multitud desde el balcón de la casa de gobierno.
Su muerte significó el inicio de la decadencia del régimen peronista, que tres años más tarde fue derrocado por un golpe militar. Para evitar el peregrinaje popular a su tumba, los militares secuestraron y trasladaron el cadáver de Eva Perón a Italia y más tarde a España. En 1975, el gobierno de la presidenta del país, la que había sido la tercera esposa del general, María Estela Isabel Martínez de Perón, llevó de nuevo a Argentina los restos mortales de Eva Perón.