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Jorge Luis Borges, considerado uno de los mayores escritores de habla hispana, fue traducido a numerosos idiomas y suscitó innumerables estudios críticos y académicos. Se ha instituido la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y el auditorio de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires lleva su nombre. No haber ganado el Nobel, fue la gran deuda con el escritor. Yatasto.

Borges y su visión del peronismo

La llegada de Perón al poder gracias a un amplio apoyo popular no significó su aceptación por todos los sectores de la sociedad; ya antes de asumir había comenzado su enfrentamiento con un grupo de escritores que veían en él a un futuro Rosas que instalaría lo que llamaban «la Segunda Tiranía». Este grupo se congregaría principalmente alrededor de la revista Sur, fundada y dirigida por Victoria Ocampo.

«Perón era una persona abominable y la tiranía que ejerció fue realmente monstruosa». -J. L. Borges-

Jorge Luis Borges, quien durante toda su vida mantuvo una relación antagonista con el peronismo. El primer golpe conocido fue dado por Perón, quien, a poco de asumir, asciende a Borges al puesto de «inspector de aves y conejos en los mercados públicos»; un movimiento que utiliza la degradación irónica y parece sacado de El arte de injuriar, ensayo publicado por Borges en su libro Historia de la Eternidad (1936) y que en uno de sus párrafos habla de la inversión incondicional de los términos como medio de ofender; es decir acusar al medico de matar, al sastre de nudismo… u obligar a un amante del la pulcritud y los libros a examinar mercados públicos…
Años después escribirá el Poema Conjetural incluido en El otro, el mismo (1964) donde parece levantar la antorcha de Sarmiento y su lema civilización versus barbarie, actualizado a los tiempos que corrían. En el poema Borges reconstruye los últimos pensamientos del doctor Francisco Laprida, asesinado por los montoneros de Aldao, trazando una clara metáfora sobre las masas que habían llegado al poder junto a Perón y que atemorizaban a buena parte de la clase media y alta de esos años que veían en ellos a un residuo del pasado: La victoria es de los otros/Vencen los bárbaros, los gauchos vencen. Para colocar una frase antológica: Al fin me encuentro con mi destino sudamericano
Borges volverá sobre el tema, esta vez en compañía de Adolfo Bioy Casares, a través de un cuento breve que muestra toda la paranoia y la parodia que este movimiento había generado en gran parte de la Argentina. Publicado en Crónicas de Bustos Domecq (1967),
Finalmente en uno de los versos del poema Buenos Aires, incluido en Elogio de la sombra (1969), Borges habla del conflicto de Perón con la Iglesia: Es la cara de Cristo que vi en el polvo, deshecha a martillazos, en una de las naves de La Piedad. Como le confesaria a Antonio Carrizo en su programa La vida y el canto: Eso fue cuando Perón ordenó el incendio de las iglesias, y destruyeron también una biblioteca para ciegos que había. Y luego estaba la cara de Cristo en el suelo, que la habían, sí, deshecho a martillazos. En la iglesia de La Piedad, en la calle Bartolomé Mitre.

"Otra vez estamos aquí reunidos los trabajadores y las mujeres del pueblo; otra vez estamos los descamisados en esta plaza histórica del 17 de octubre de 1945 para dar la respuesta al líder del pueblo, que esta mañana, al concluir su mensaje dijo: "Quienes quieran oír, que oigan, quienes quieran seguir, que sigan". Aquí está la respuesta mi general. Es el pueblo trabajador, es el pueblo humilde de la patria, que aquí y en todo el país está de pie y lo seguirá a Perón, el líder del pueblo, el líder de la humanidad, porque ha levantado la bandera de redención y de justicia de las masas trabajadoras"

«Otra vez estamos aquí reunidos los trabajadores y las mujeres del pueblo; otra vez estamos los descamisados en esta plaza histórica del 17 de octubre de 1945 para dar la respuesta al líder del pueblo, que esta mañana, al concluir su mensaje dijo: «Quienes quieran oír, que oigan, quienes quieran seguir, que sigan». Aquí está la respuesta mi general. Es el pueblo trabajador, es el pueblo humilde de la patria, que aquí y en todo el país está de pie y lo seguirá a Perón, el líder del pueblo, el líder de la humanidad, porque ha levantado la bandera de redención y de justicia de las masas trabajadoras»

En 1960 Jorge Luis Borges publica su libro “El Hacedor”. En un cuento del libro, El Simulacro, Borges escribe y da a conocer su mirada acerca del  peronismo, encarnado en la persistente presencia de Evita.  Yatasto te comparte el cuento.

El Simulacro

En uno de los días de julio de 1952, el enlutado apareció en aquel pueblito del Chaco. Era alto, flaco, aindiado, con una cara inexpresiva de opa o de máscara; la gente lo trataba con deferencia, no por él sino por el que representaba o ya era. Eligió un rancho cerca del río; con la ayuda de unas vecinas, armó una tabla sobre dos caballetes y encima una caja de cartón con una muñeca de pelo rubio. Además, encendieron cuatro velas en candeleros altos y pusieron flores alrededor. La gente no tardó en acudir. Viejas desesperadas, chicos atónitos, peones que se quitaban con respeto el casco de corcho, desfilaban ante la caja y repetían: Mi sentido pésame, General. Este, muy compungido, los recibía junto a la cabecera, las manos cruzadas sobre el vientre, como mujer encinta. Alargaba la derecha para estrechar la mano que le tendían y contestaba con entereza y resignación: Era el destino. Se ha hecho todo lo humanamente posible. Una alcancía de lata recibía la cuota de dos pesos y a muchos no les bastó venir una sola vez.
¿Qué suerte de hombre (me pregunto) ideó y ejecutó esa fúnebre farsa? ¿Un fanático, un triste, un alucinado o un impostor y un cínico? ¿Creía ser Perón al representar su doliente papel de viudo macabro? La historia es increíble pero ocurrió y acaso no una vez sino muchas, con distintos actores y con diferencias locales. En ella está la cifra perfecta de una época irreal y es como el reflejo de un sueño o como aquel drama en el drama, que se ve en Hamlet. El enlutado no era Perón y la muñeca rubia no era la mujer Eva Duarte, pero tampoco Perón era Perón ni Eva era Eva sino desconocidos o anónimos (cuyo nombre secreto y cuyo rostro verdadero ignoramos) que figuraron, para el crédulo amor de los arrabales, una crasa mitología.

Eva Perón antes ser primera dama. Fue rubia por razones artísticas, Evita fue llamativamente morocha, al punto que su apodo familiar era “Negrita”. Yatasto noticias.

Eva Perón antes ser primera dama. Fue rubia por razones artísticas, Evita fue llamativamente morocha, al punto que su apodo familiar era “Negrita”. Yatasto noticias.

yatasto jorge luis borges