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Central Norte volvió a su cancha y goleó a Brown

Fue el guión mejor pensado de una película romántica: El cuervo goleó 4 a 1 a los de Lules en el día del regreso a su casa, tras 15 años. Ceballos fue la figura y, de yapa, Armella emocionó a todos. Ni el mejor novelista hubiese pergeñado una trama y un desenlace más emotivos para la «remake» de una historia de amor eterno y casi centenario, el sentimiento de más profundo arraigo que profesa el hincha de Central Norte por el club de sus amores, el de barrio Norte, el de la antigua zona ferroviaria, el de la bohemia y la nostalgia transmitidas de generación a generación. Fueron 15 años de ausencia pero la llama no se apagó. La película fue más emotiva de lo imaginado, porque a los recuerdos, al dejá-vù, a la satisfacción de volver a casa, se le sumó una actuación colectiva con pocas fisuras del equipo de Pedro Rioja en todas sus líneas. Y los libros de historia podrán decir que Central ganó, goleó y por momentos gustó el día de la vuelta al «Dr. Luis Güemes», que los jugadores no desentonaron ni fueron terceros en discordia en el idilio eterno y que, incluso, hubo lugar para mimos a su futbolista emblema: Tomás Armella, que pateó el penal que coronó la goleada por orden expreso del clamor popular de la gente.
Como aquella primera novia que nunca se olvida, la que se marchó del barrio hace quince años y que a su regreso volvió más linda que nunca, que aún mueve el piso y provoca un flechazo incomparable, así se revivió el amor entre los cuervos y el barrio Norte, y el equipo azabache fue el que puso la orquesta para adornar el sabor del reencuentro, con pasajes de altos niveles futbolísticos individuales, con solidez colectiva, aprovechándose de lo intimidante que fue el «Luis Güemes» para el rival y ejerciendo presión en todas las líneas. Salvo una breve ráfaga de los tucumanos, el primer tiempo fue casi todo del cuervo y hasta le hizo precio. A los 11′, Matías Ceballos apiló rivales por izquierda y envió un centro a la cabeza de Matías Fernández, que de sobrepique batió al «uno» de Brown para poner el 1 a 0. En el complemento los de Lules no terminaban de acomodarse cuando Ceballos, en su tarde más inspirada, definió a la red un remate cruzado soberbio con toda la clase.
Promediando los veinte minutos del complemento comenzaron las primeras «crisis» de la relación que dio lugar a un margen de dudas: Central aminoró la marcha y permitió que el rival reaccionara y descontara con un cabezazo de Paz, ante la pasividad de la defensa cuerva, pero la réplica azabache fue fatal y fue a parar como una flecha directo al corazón del hincha: a los 31′ Ceballos volvió a sacar un conejo de su galera tras recibir un pase en profundidad de Reyes, al frenar el balón con el pecho, con gran gesto técnico, y definir con jerarquía. Luego vino la nota emotiva de la tarde con Armella (ver página 5) y la coronación de una goleada y un amor que traspasa el tiempo y las distancias.