El “clásico” de la UTA, que se da como medida de presión para las épocas “altas” de turismo, había sido anunciado en la mañana por el secretario general del gremio, Roberto Fernández, quien reclamaba una compensación salarial a cuenta de las próximas paritarias. “Este año nos llevó nueve meses de discusiones para acordar aumento de paritarias y no queremos volver a pasar lo mismo”, indicó. Pero lo cierto es que la medida de fuerza quedó neutralizada luego de que el gremio reclamara a las cámaras del sector “un pago a cuenta” por unos $2.000 y viáticos por 140 pesos.
Cabe resaltar que la huelga iba a afectar terminales de micros de todo país y se iniciaba el martes 31 a la cero hora. Adherían 22 mil micros. En ese sentido, desde el gremio aseguraron que “hasta el momento, no se ha podido fijar una fecha de inicio de paritarias” y culpó a funcionarios y empresarios. “No tenemos respuesta del sector empresario al pedido de un adelanto de 2.000 pesos y viáticos”, sostuvo el vocero de la UTA, Mario Calegari.
Recordó, además, que “los empresarios en estos meses tienen importantes recaudaciones y no pueden decir que están en problemas” para abonar un adelanto a los choferes. “Estamos dispuestos a firmar un acuerdo hasta una hora antes de la medida de fuerza, pero depende de la seriedad que le pongan los funcionarios y empresarios”, concluyó. Pero el anuncio del paro provocó una enérgica reacción del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien cuestionó al gremio por poner “nuevamente a los usuarios de rehén con pedidos absolutamente irracionales”. Randazzo calificó al paro como “extorsivo e injustificado” y agregó: “No jodan a la gente que quiere pasar fin de año tranquila con sus familias”. Cabe recordar que la UTA logró el pasado 13 de julio un aumento salarial del 23%, luego de amenazar con parar 24 horas los micros de larga distancia en todas aquellas empresas que no habían efectivizado el pago del incremento de haberes ni tampoco del aguinaldo.