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Después del caos, Córdoba intenta reconstruir su calma

Yatasto

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Aplausos e insultos. Todo mezclado en las calles sucias, plagadas de basura y objetos destruidos, barricadas y vidrios rotos en mil pedazos. Los cordobeses, que vivieron un día de saqueos e inseguridad, recibieron con sentimientos encontrados, ayer al mediodía, el regreso de la Policía a las calles. La jornada de violencia, que comenzó el martes a la tarde, dejó dos muertos, más de 200 heridos, decenas de detenidos y millones en pérdidas. También obligó a suspender las clases y la actividad de la administración provincial; los comercios y empresas cerraron pero decenas de rejas y persianas fueron violentadas por los saqueadores. Y la secuela más grave fue el temor social. Al mediodía el Gobierno llegó a un acuerdo laboral con los policías. El camino de regreso a cuidar a los vecinos y la ciudad se abrió entonces.
Un patrullero que pasaba por una calle del barrio Cerveceros y los vecinos que salen de los departamentos amarillos, aplaudían y saludaban a los policías. Algunas cuadras más adelante, otro grupo, molesto y afectado por la violencia, lanzó insultos y reclamos por las horas de desolación.
El gobernador José Manuel de la Sota anunció el acuerdo que puso fin a 36 horas de acuartelamiento y el regreso de las patrullas a las calles. “Quiero transmitir la tranquilidad de compartir que la fuerza vuelve a estar al servicio. Nuestra fuerza policial saldrá a perseguir a todos los delincuentes y saqueadores”, aseguró De la Sota.
Durante las 36 horas críticas la pelea entre el mandatario cordobés y el Gobierno nacional no tuvo límites.
De la Sota cuestionó la falta de apoyo de la Nación al no enviar a Gendarmería para custodiar la ciudad. Dijo que le pidió esa ayuda por teléfono, por carta y por Twitter al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Lo mismo hizo, indicó De la Sota, con la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, y con el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Incluso dijo que envió una copia de la carta a la presidenta Cristina Fernández.
La respuesta fue igual de dura. Capitanich negó haber recibido un llamado y Berni calificó de “una payasada” que el gobernador haya mandado “un pedido de auxilio por Twitter a las 4 de la mañana”.
Cerca del mediodía, Berni anunció el envío de 2.000 gendarmes, pero minutos después retrotrajo su decisión ya que De la Sota y los policías habían llegado a un arreglo. Después de este cruce, a media tarde, De la Sota y Capitanich confirmaron que se reunirán el próximo martes, a las 9, en Casa de Gobierno.
Víctimas y acuerdo
Los saqueos se produjeron en la ciudad de Córdoba y en el interior. Los más afectados fueron supermercados y comercios más chicos, aunque también llegó a joyerías, negocios de electrodomésticos y casas particulares. En varios barrios los vecinos armaron barricadas y tiraron basura a la calle para evitar que ingresaran los saqueadores.
Durante un enfrentamiento en Ciudad Evita, un joven de 20 años recibió un disparo en el tórax y murió. Además, un hombre de 85 años falleció al descompensarse cuando asaltantes irrumpieron en su casa.
En los hospitales se atendieron a más de 200 heridos y, al final de la jornada, unas 60 personas habían sido detenidas en toda la provincia.
El acuerdo
El Gobierno cordobés se comprometió a que el sueldo básico de bolsillo de un agente sea de 8.000 pesos y, si está en la calle, de 9.000 pesos. Además, se aumentan los adicionales en un 52% y la exención de sanciones a los efectivos acuartelados. De la Sota también prometió asistencia para los comerciantes damnificados por los saqueos.