En Buenos Aires el dólar libre se disparó a $ 11,21 y quebró así un nuevo récord. Todas las variedades del billete en sus modalidades más requeridas, también subieron. La batería de ajustes fue la siguiente: el oficial llegó a $ 6,76 y el turista a $9,13. El mercado de divisas en Salta, totalmente enganchado con la plaza cambiaria porteña a la hora de vender, fijó el precio ayer en $11,20. Hay que hacer una salvedad para entender los márgenes de ganancia que tienen los “arbolitos”; el que compra en la salteña España Street un dólar a $11,20, cuando quiera venderlo le pagarán $10,70, es decir que en la operación perdió $0,05 por unidad. Con esa brecha trabaja el “arbolito”.
La City porteña, referencia para todo el país en el juego de la oferta y la demanda del dólar, dispuso en la víspera que el blue escale $0,22.
Un “arbolito” que gusta conversar en España Street casi con todos, explicó ayer cómo es ese juego de la oferta y demanda por el dólar en Salta, casi idéntico a lo que pasa en la City porteña.
El vendedor ambulante de la divisa dijo: “el nuevo récord de suba está impulsado por la compra de especuladores y de turistas extranjeros -que les encanta Salta- y traen dólares; además, esta alza ocurre antes del recambio de quincena turística”. De las muchas variables económicas que permiten que el dólar no pare ningún día, idéntico como el precio de la soja y algunas acciones (lo que es insólito en un país que el 90% gana y opera con pesos), hay una cuestión: el dólar en Argentina permite a los listos aprovechar los precios del billete que los compran para hacer ganancias de corto plazo.
En las agencias de turismo de Salta recomiendan que los viajeros que tienen planeadas sus vacaciones para las próximas semanas adelanten sus compras de dólares para evitar obtenerlo más caro. Así los “arbolitos” en combinación perfecta con las expectativas de suba diaria del dólar, están en las veredas de España Street ofreciendo satisfacer la demanda de los que se irán de viaje. En esta cotidianeidad de oportunismo con el valor del dinero en el centro financiero salteño, hay una curiosidad monetaria: el euro (que no se consigue) sigue clavado en $8,90 para la venta y el real (también escaso) se lo compra a $ 3,15. Localmente los precios de las pizarras solo cambian, en alza, para el dólar.
El peso en baja
La noticia no debería ser “El dólar volvió a escalar”, sino “El peso sigue en baja frente a la divisa”. La lógica de la devaluación es sencilla: el 3 del corriente se necesitaba $10,15 para adquirir un dólar, ayer se requería $11,20. En doce días un comprador precisó $1,05 más para comprarlo. El peso bajó entre la suba del dólar y los costos inflacionarios. Con una suba de los precios en diciembre de más del 3%, y otro tanto en enero, el peso se volvió a achicar y, en este contexto económico, el valor del dólar se acomoda tanto a la inflación como al juego de la oferta y la demanda del “blue”.