Si bien el EMAE del Indec fue en el tercer mes del año menos contractivo que lo estimado por las consultoras privadas, que ubicaron el receso en 1,4% en el caso del Estudio Orlando Ferreres, y 2,1% la Consultora Ledesma, no pudo ocultar el claro enfriamiento de la actividad económica, en lo que fue el peor trimestre desde la depresión del inicio de 2002, en términos de baja intermensual.
Y si bien en el cotejo interanual se anotó la primera retracción, dado que para febrero y en enero el Indec revisó el crecimiento a un modesto 1,3% en cada caso, y se está todavía lejos de repetir tres meses con disminuciones interanuales del estimador del PBI, el punto de giro de la actividad se advierte con claridad aun en las estadísticas oficiales: un año antes el EMAE había comenzado con aumento de 3,6% y se estabilizó en 2,8% en el bimestre siguiente. La diferencia entre uno y otro período fue de nada menos que negativa en 3,7 puntos porcentuales.
Con semejante desempeño, que promedia un crecimiento modesto de 0,5% en el trimestre respecto de un año antes, pero significó una merma de 1% en comparación con el nivel de diciembre, no se explica cómo el jefe de Gabinete haya dicho esta mañana que «se están cumpliendo las metas macroeconómicas», más aún cuando el Presupuesto 2014 se hizo con una pauta de expansión de 6,2% para todo el año y el Indec ya ha registrado una suba de de precios de 11,9% en sólo cuatro meses frente a una previsión de 9,9% para doce meses, y el tipo de cambio oficial que se pautó en 6,33 pesos por dólar cerró hoy a 8,12 pesos por unidad.
Claramente el fuerte receso de la producción de automotores jugó un rol determinante en el resultado del estimador anticipado del PBI. Pero también lo fueron las contracciones de la actividad comercial en torno a 7% real, del transporte de carga en más de 19%, la construcción 6%, así como del mercado de maquinaria de uso agrícola del 40%, según surge de los propios datos del Indec.
«El receso del primer trimestre recuerda al de igual período de 2009, aunque en ese momento obedecía a causas internacionales, y luego dejó de caer, pero ahora responde a fenómenos internos y la diferencia es que no va a haber una marcada recuperación, sino que se asistirá a una recesión profunda y duradera», dijo en su paso por InfobaeTV Rodolfo Santángelo, de M&S Consultores.
Según el economista «no se perciben posibilidades de reactivar la economía ni por el lado del consumo, ni de las exportaciones, ni de la inversión».
El Gobierno ha anunciado aumentos de las asignaciones familiares a partir de junio, con una inyección de 15.000 millones de pesos, equivalente a 0,5% del PBI. Pero, en el mejor de los casos, eso permitirá atenuar la caída del 1% del PBI respecto del nivel que tenía en diciembre.
Sin embargo, como no hay razones de peso para pensar que la inflación volverá rápidamente al rango de 25% que registraba en los últimos años, esa inyección de fondos se licuará rápidamente por el alza de precios del promedio de la economía. Más aún, en un escenario donde se anuncian medidas de expansión del gasto sin explicitar la fuente de recursos, más allá que la emisión por parte del Banco Central y postergar la suba del mínimo no imponible de Ganancias para asalaridos y autónomos.