Independiente, el equipo de Miguel Brindisi, cayó 1-0 como local ante San Lorenzo y dejó ir la última esperanza que le quedaba de permanecer en Primera. Es un hecho que jugará en la próxima temporada en la B Nacional.
Inundados en lágrimas, con el alma por el piso y la camiseta puesta, muchos hinchas del rojo buscan explicaciones a preguntas desorientadas.
El descenso de Independiente se parece mucho al de River Plate. Comparada=Aguilar, Cantero=Passarella. Yatasto se anima a comparar los dos descensos. Y claro que era evitable. Culpa de dirigentes, jugadores, técnicos, presidentes. Son responsables de una realidad concreta que no deja de asombrar y doler.
Los verdaderos hinchas de Independiente, expectantes de una mejora que jamás llegó. Alentando cada domingo y viendo la peor versión de un tibio equipo que jamás comprendió cómo evitar el descenso.
La mala elección de los refuerzos y el nivel exageradamente bajo de algunos otros determinaron que el partido que marcó el descenso de Independiente tuviera mayoría de jugadores surgidos del Club. Pero la culpa viene de más atrás, de gestiones corruptas, malas contrataciones, desidia dirigencial.
“El año que viene hay que jugarlo con jugadores hechos, mechados con algunos chicos. Ellos no pueden comerse los murmullos”. Las declaraciones de Javier Cantero hace casi un año, hacen eco en el presente de Independiente. Sin embargo, de esos refuerzos de jerarquía, sólo terminaron en cancha Cristian Tula, Claudio Morel Rodríguez y Daniel Montenegro. Los que se salvaron de las críticas.
Independiente comenzó, allá por junio del año pasado, a armar un plantel con jugadores de experiencia para afrontar la campaña que lo tendría comprometido con los promedios. Sin embargo, en la foto del descenso estarán Diego Rodríguez, Lucas Villalba, Juan Manuel Trejo, Leonel Miranda, Agustín Eloy Rodríguez y Adrián Fernández. Aquellos chicos a los que supuestamente había que preservar tuvieron que dar la cara por un montón de otros mucho más responsables que ellos.
Dirigentes que armaron planteles pobres, que apostaron por técnicos inexpertos como Cristian Díaz o Daniel Garnero y luego naufragaron en un mar de incertidumbres y jugadores que, no sólo que rindieron muy por debajo de lo esperado, sino que además no tuvieron ni un poco de actitud. Por eso se terminan destacando Cristian Tula, Fabián Vargas, Claudio Morel Rodríguez y Daniel Montenegro. Porque hasta último momento, pese a las lesiones, decidieron infiltrarse para entrar al campo de juego.