Salta, cuna de grandes artistas y destacados en diversas disciplinas, sumó un nuevo laurel, esta vez en el campo de las invenciones. El joven salteño Nicolás Vuksanovic, de 28 años, participó del diseño de un lavarropa que funciona sin agua para su tesis en la carrera de Diseño Industrial. Nimbus es el nombre con el que bautizaron su invento junto a Nicolás Araya de Berrotarán, Córdoba. El nombre deriva de las nubes “cúmulus nimbus”, que se caracterizan por ser blancas, pomposas y gigantes. La idea nació años atrás cuando cursaban la carrera de Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba. Entonces imaginaron un proyecto que pudiera ayudar a combatir la escasez de agua potable.
Cursaban Teoría y Método, una de las materias más importantes para quienes estudian esa carrera pensaron en elaborar un proyecto que pudiera ser útil a uno de los principales problemas ecológicos del mundo.
De inmediato los jóvenes se pusieron manos a la obra e investigaron hasta que dieron finalmente en la tecla con el dióxido de carbono (CO2),que es utilizado comúnmente en procesos químicos para separar el aceite de las semillas. Llegaron a la conclusión que también servía para lavar en seco. Haciendo el seguimiento de algunas experiencias en Europa decidieron crear un lavarropa con ese sistema.
Se ideó para uso preindustrial, como el que existe en hoteles y lavanderías, y ahorra hasta 300 litros de agua por lavado.
Detalles del invento
El proceso de limpieza de prendas en el Nimbus es por medio de la inmersión de las mismas en un tambor lleno de LCO2 (dióxido de carbono líquido) a determinadas condiciones de presión y temperatura para garantizar la real efectividad del solvente. Para mantener esas condiciones el aparato cuenta con un sistema de distribución, dosificación y control de LCO2 que consiste en tanques de diferentes capacidades, válvulas y un sistema de inyección y compresión.
El ciclo de lavado tiene una duración de 30 minutos, aproximadamente, en el programa más complejo, mientras que los lavarropas actuales cuentan con un ciclo superior a 45 minutos o una hora. Una vez finalizado el lavado el solvente puede ser recuperado casi en su totalidad por medio de un sistema de filtros que lo purifica luego de cada ciclo permitiendo que el mismo recircule una y otra vez por el sistema en ciclos posteriores. El mínimo porcentaje de pérdida (0.0038% del total de líquido por ciclo de lavado) es suministrado por un sistema de reposición cada 45 días aproximadamente. Asimismo, facilita el secado ya que luego de cada ciclo las prendas terminan completamente secas y casi sin arrugas.
La explicación científica
El CO2 no es un solvente derivado del petróleo, por lo que no contamina y es renovable. Además se va recuperando después de cada ciclo de lavado por medio de un sistema de filtros que lo purifica. Según las investigaciones, una carga de CO2- NdR: en Córdoba hay empresas que lo comercializan- podría durar al menos tres meses y es más económica que usar solventes habituales.