Empataron 0-0 en un partido que careció de emociones y se jugó a puertas cerradas. El equipo de Bianchi, que terminó con diez por la expulsión de Bravo, llegará al Superclásico a seis puntos de la cima y con cuatro encuentros sin caer. Boca no dejó una buena imagen en su último examen antes del Superclásico ante River. En el Sur, sin público en las tribunas, el equipo de Carlos Bianchi igualó 0-0 con Quilmes, en un partido que careció de jugadas de peligro y terminó con la expulsión de Federico Bravo en la visita, jugador que no podrá estar en el trascendental choque en la Bombonera.
El visitante comenzó haciendo circular la pelota con muchos pases laterales, con control del juego, pero sin profundidad. La única acción de cierto riesgo para el arco de Quilmes ocurrió en el minuto 5, con pase vertical de Luciano Acosta para la diagonal de Emmanuel Gigliotti, quien remató de zurda muy débil y contuvo Silvio Dulcich. Pasado el primer cuarto de hora el Cervecero equilibró la posesión del balón con un gran despliegue de Rodrigo Braña y mayor participación de Miguel Caneo, pero tampoco tuvo una elaboración adecuada en los últimos metros. Así y todo, el equipo anfitrión estuvo cerca de convertir, a los 16 minutos, con un centro de Gonzalo Ríos que por poco no alcanzó a cabecear el uruguayo Joaquín Boghossian.
Boca contó, a los 41, con un remate de Juan Manuel Sánchez Miño que terminó desviado sobre el poste izquierdo y, a los 44, con un tiro libre de Juan Román Riquelme, pasado desde la izquierda, que Federico Bravo cabeceó en forma imperfecta. Quilmes arrancó con mayor agresividad el segundo tiempo, pero siguió careciendo de claridad, por lo cual la defensa de Boca sostuvo el desarrollo sin mayores complicaciones. Cuando ingresó Jonathan Zacaría antes del cuarto de hora le dio mayor movildiad al local. Precisamente, a los 17, un tiro libre ejecutado por Zacaría en forma de centro fue rechazado con esfuerzo por Agustín Orion cuando llegadaba Boghossian.
A los 27, ante un centro bajo cruzado por Emanuel Insúa, fallaron dos defensores de Quilmes, pero no llegó Acosta para conectar. A los 38, otro centro bajo de Insúa produjo un rebote, cuando aparecía Colazo, y lo mejor de todo el partido se vio a los 42, cuando disparó Riquelme desde fuera del área y Dulcich desvió al córner con esfuerzo. En el tiempo agregado, cuando ya el 0-0 era inexorable y muy ajustado por otra parte a lo que produjeron uno y otro, Boca sufrió al expulsión de Bravo por doble amonestación.