Uruguay se convirtió el martes en el primer país del mundo en legalizar la producción y venta de marihuana, con lo que busca enfrentar el narcotráfico, en la región que más sufre la lucha contra las drogas. Tras 12 horas de debate y con 16 votos a favor en 29, solo los de la coalición de izquierda del gobernante Frente Amplio, el Senado uruguayo dio sanción definitiva a un histórico y polémico proyecto que habilitará la producción, distribución y venta de cannabis, el autocultivo y los clubes de consumidores, todo bajo control estatal. La votación fue recibida por vítores y un cerrado aplauso de parte de unos 150 militantes a favor de la legalización que colmaron las barras en el último tramo del debate. En el exterior del recinto parlamentario, cientos de militantes que habían llegado más temprano en “la última marcha con la marihuana ilegal” celebraron con fuegos artificiales, en una fiesta que recién comenzaba.
“Es un día histórico, un día bisagra”, celebró de inmediato en un comunicado la organización Regulación Responsable, que lanzó varias campañas en respaldo a la ley. Una posición compartida por el senador oficialista Alberto Couriel, quien destacó al justificar su voto que “Uruguay pasa a ser una especie de vanguardia internacional en este tema”. “Uruguay está votando esta ley en un contexto de leyes de defensa de los derechos”, añadió, indicando que la flamante norma se suma a la legalización del aborto y del matrimonio homosexual, aprobados en los últimos meses.
El plan uruguayo, que va más allá que las legislaciones de los estados estadounidenses Washington y Colorado o de países como Holanda o España, es una “respuesta ineludible” al fracaso de la guerra contra las drogas, sostuvo al presentar el proyecto el senador Roberto Conde. El legislador aseguró que, entre otros aspectos, el proyecto busca solucionar la “grotesca incongruencia jurídica” que implica que si bien el consumo de drogas no está penado en Uruguay, hasta ahora sí lo está su producción y comercialización.
La iniciativa ha sido promovida por el presidente José Mujica, un exguerrillero de 78 años quien no ha dudado en calificarla como un experimento y dijo que si no funciona está dispuesto a dar marcha atrás.
Según el texto aprobado y que ahora debe ser promulgado por Mujica y reglamentado por el poder Ejecutivo, los mayores de 18 años podrán acceder a la droga mediante el autocultivo, clubes de consumidores o comprándola en farmacias, en todos los casos con límites y previo registro ante el Estado. (AFP y NA)