Las posturas de los dos equipos quedaron marcadas desde el pitazo inicial. Boca intentó mover la pelota con seguridad, propiciar la sociedad entre Medina y Cardona, y hacerse ancho para ser incisivo. Sarmiento buscó cerrarse con orden y concentración, en pos de no ofrecer espacios. Y apostar a la contra en pocos toques. A los dos les costó llevar adelante sus planes.
El xeneize, por peso específico y a partir de dos pases en el rol de lanzador de Sebastián Villa, llegó a fondo. A los 10’ hubo conexión colombiana. El delantero habilitó a Fabra, quien envió el centro rasante y casi termina en gol en contra. A los 13, Mauro Zárate quedó cara a cara con Vicentini, intentó un globito y el toque pasó cerca de la valla visitante. Y a los 31, en una de las acciones en las que pudo jugar sin ataduras, Cardona le puso el balón en la cabeza a Capaldo, que no logró impactar con precisión.
El verde, en el inicio, logró completar el 50% de su idea. Pero no logró encontrar al punta Torres en libertad. Apenas Graciani, a espaldas de Fabra, apareció como una salida potable. De hecho, el ex Independiente tuvo la oportunidad más concreta para los conducidos por Mario Sciaqua: a los 41 minutos, desbordó por derecha y, frente a frente con Andrada, la picó, simplificándole la tarea al guardameta.
A los 20, Boca sufrió un doble golpe. En un pique, Salvio sintió un dolor en la rodilla izquierda y ni siquiera pudo abandonar el campo de juego por sus propios medios. Inmediatamente, Izquierdoz acusó un dolor intercostal. Russo realizó los cambios y quedó sumergido en la preocupación.
En el segundo tiempo, hasta que se rompió el cotejo, Sarmiento mantuvo al xeneize en su telaraña. Así, a los 20 minutos, el ingresado Quiroga puso a correr a Alanís, que con su tranco arrió a toda la resistencia local y definió.
La mejor noticia para Boca fue que igualó rápido. Apenas cuatro minutos después, Lisandro López, que entró por la lesión de Izquierdoz, se quedó tras una pelota parada y su olfato tuvo premio: Cardona lo encontró con un balón aéreo y, de cabeza, firmó el tanto del alivio para los xeneizes.
