El agua se terminó yendo, pero los errores de Central Norte no. El cuervo volvió a pagar por sus equivocaciones; cayó por 3 a 1 ante Guaraní Antonio Franco. Y este nuevo paso en falso en Misiones significa un retroceso estadístico, aunque futbolísticamente el equipo de Coleoni jugó tan bien o tan mal como en otras tardes. Después de la tormenta, el suspenso por una posible suspensión y el retraso de media hora, el partido se jugó en un campo de juego que, lógicamente, quedó en mal estado por la gran cantidad de agua que recibió. Dentro de este contexto, Guaraní y Central Norte estuvieron en igualdad de condiciones. Y dadas así las cosas, solo había que poner mayor atención y cruzar los dedos para no caer en los errores provocados por un campo “traicionero” y que aún tenía agua acumulada en cierto sectores.
El primero en abrir bien los ojos fue Enzo Noir, justo él. La tocó apenas para desviar un remate de Narese que terminó metiéndose en el arco de De Giorgi. Iban solo dos minutos y el cuervo ya la tenía que remar de atrás, acostumbrado a hacerlo en el torneo.
Magno fue el primero en tener la posibilidad del empate, pero el arquero Consentino logró desviarle el remate al córner. Otra chance de Altamirano y un tiro libre de Fretes que llegó mansa a las manos del arquero, sin que nadie la pudiera empujar, indicaban el dominio de juego por parte del equipo de Coleoni. Por eso Magno volvió a tener la chance con un remate que le taparon justo a tiempo. Pero Guaraní se armó de paciencia y una gran jugada entre Ceballos y Noir finalizó con un remate al arco vacío de Barinaga, para marcar el 2 a 0, antes de ir al descanso.
La diferencia hasta acá fue netamente de efectividad.
En el complemento, el arquero De Giorgi aguantó hasta donde pudo. Es que Coleoni metió un delantero más (Perillo por Apaza) y se volcó con todo al ataque, dejándole más campo a los hombres peligrosos de Guaraní: Noir, Barinaga y Ceballos. En este contexto, De Giorgi le atajó a Ceballos un intento y después ahogó el segundo grito de Noir. Estaba claro que el marcador iba a modificarse, porque Central Norte tampoco renunció al ataque y probó por arriba, por abajo, pero siempre sin puntería. Encima, la única pelota que entró en el arco de Consentino terminó en jugada anulada por el árbitro Caros Boxler. Altamirano había peinado un centro de Fretes; fue gol pero el réferi cobró falta al arquero, en una extraña y dudosa decisión.
Después, fue Juan Perillo quien mandó un cabezazo apenas desviado cuando el trámite era incesante, de ida y vuelta. Pero Guaraní estaba más fino a la hora de rematar al arco. Y Mauro Gómez (había ingresado por Barinaga) ratificó esta teoría con el tercer tanto.
Casi no quedaba tiempo para nada. Sin embargo, Perillo volvió a meter un cabezazo que Consentino sacó al córner y, en la siguiente jugada, Boxler cobró un penal por una supuesta mano de un jugador del equipo local. Altamirano, fiel a su costumbre, se encargó de decorar el resultado desde los doce pasos. Pero la derrota fue inevitable, el cuervo nunca pudo escapar a su propia tormenta de errores a la hora de definir.
Con la frente en alto
El mensaje fue uno solo. En el vestuario visitante del estadio de Guaraní, coincidieron en que Central Norte jugó un buen partido, pese a la derrota por 3 a 1, y que no se debe bajar los brazos, menos en estos momentos.
Podría decirse que el equipo cuervo se volvió de Posadas con la frente en alto.
Comenzando por su técnico, que se rindió ante la efectividad y la jerarquía del rival misionero.
“Fue un partido raro, nos hacen un gol casi de rebote, pero con un rival que juega bien y tiene jerarquía. Igual nos acomodamos, fuimos y tuvimos las chances claras”, le dijo Gustavo Coleoni en diálogo a un medio partidario en Misiones (República Azabache). “Después, el partido se hizo de ida y vuelta”, siguió relatando el entrenador, “creo que hicimos un buen partido a pesar del resultado; mostramos una buena imagen”, completó. Y antes de la retirada dijo: “Nos vamos con bronca pero el equipo fue para adelante, tenemos que seguir trabajando”.
En el mismo sentido se manifestó el arquero Carlos De Giorgi. “En la primera llegada nos hacen un gol y ahí se complica todo; porque después tuvimos chances para empatarlo, y con el 2 a 0 se hizo más cuesta arriba”, analizó el uno cuervo.
“No nos salieron las cosas, pero hay que levantar la cabeza y volver tranquilo, a tratar de volver a levantar. No tenemos margen ni para lamentarse, pero sí expectativa, ahora debemos matarnos para ver si tenemos la posibilidad de clasificar”, se ilusionó luego De Giorgi. Está claro que en el ámbito del plantel cuervo y del cuerpo técnico reina todavía la confianza. Central Norte pudo salir de la última posición de la tabla con esas ganas y al mismo método apelarán para dejar atrás esta nueva derrota (la séptima en dieciséis fechas). El mensaje fue claro: a no bajar los brazos y a seguir con la frente en alto.