En la cuarta jornada del juicio por la violación y crimen de las turistas francesas, esta tarde declaró el tío de Gustavo Lasi, Juan José Lasi para quien su sobrino «no tuvo nada que ver» y culpó al ingeniero Fernando Vidal, dueño de los loteos de Buena Vista donde sostuvo que solían hacerse fiestas privadas todos los fines de semana. Hay que recordar que Gustavo Lasi es uno de los acusados más implicados, ya que muestras extraídas de los cadáveres de las jovenes francesas coinciden con su ADN.
En su testimonio, Juan José Lasi relató que para él, el hecho ocurrió en el barrio privado Buena Vista y pidió se investigue al señor Fernando Vidal, propietario del lugar y quien se fue a vivir a Bolivia. Según él, varios senderos pueden llevar desde allí al mirador, de manera fácil. Según él «antes habían fiestas privadas con gritos en Buena Vista».
Lasi declaró que al lugar pueden llevarse armas de fuego cuando van a ver animales porque hay pumas y zorros. Además, sostuvo que vio alguna vez a las familias Vilte y Vera con armas grandes «hace unos quince o veinte años». Declaró haber visto una o dos veces juntos a Vilte y a Vera pero que Gustavo, su sobrino, no es amigo de ellos.
Al finalizar su exposición, el fiscal Félix Elías solicitó que el señor Juan José Lasi se presente ante el fiscal para
Antes había declarado la abuela de Gustavo Lasi, Juana Sarapura, quien es habitante de los cerros de San Lorenzo. Sarapura reconoció a Vera y Vilte a quienes dijo «aborrecer» porque ella tiene perros para que cuiden su sembrado y «ellos se los mata». Dijo que los Vera tenían escopetas y que Vilte andaba con ellos, pero nunca los vio hacer «ninguna travesura».
Primera parte de la jornada
Luego de que el odontólogo Federico Mainoli declarara en la causa por el crimen de las francesas que había escuchado tres disparos el 16 de julio de 2011, lo siguió Pierre Rieszer quien había salido también a caminar con Mainoli.
Ambos por separado declararon haber visto ese día una carpa en el abra que antes nunca habían visto y que sintieron tres disparos de bajo calibre pasado el mediodía. Dicha carpa estaba cerrada y no se oían ruidos en su interior.
Rieszer, quien es ingeniero y conoce de armas por haber sido socio de Tiro Federal midió en Google Earth la distancia entre los diparos y dónde los escuchó y para él en línea recta eran unos 4 kilómetros.
También declararon Daniel Alberto choque y Sergio Zalazar, empleados del restaurante El Duende. Este último dijo haber visto a Lasi almorzando en el lugar, pero no lo conocía ni sabía su nombre hasta que lo vio en el diario.
Mariano Pedemonte, quien organizaba cabalgatas en la Quebrada declaró que recibió una llamada ddel Hotel del Cerro que decía que dos chicas alojadas ahí querían hacer un paseo. Reservó la Cabalgata para el día 13 pero nunca las vio.
Micaela Pereyra, miembro de la comisión directiva de un club de montaña, fue otra testigo convocada. Declaró que el 16 de julio subieron al Abra y allí vieron dos hombres con escopetas a quienes preguntaron qué hacían y les respondieron que cazaban. Sin embargo, al ver a los imputados dijo que no eran ellos quienes portaban las armas ese día.
Se escucharon 3 disparos
Federico Mainoli, odontólogo del centro de salud de San Lorenzo fue el primero en declarar en la cuarta jornada del juicio que se lleva adelante por el crimen de las dos turistas francesas en la Quebrada de San Lorenzo.
Primeramente el odontólogo admitió que conoce a los imputados y que estima que ellos también lo conocen a él.
En su relato comenzó diciendo que el sábado 16 de julio de 2011 fue a caminar con unos amigos como lo hacía siempre, por Quebrada de San Lorenzo hacia Castellanos.
Continuó: “Me llamó la atención que hacia el monte, había una carpa. Estaba sin movimiento, cerrada”.
“Llegamos a un punto llamado el Abra del Cuervo o el Abra de Nicolás, donde hacia abajo vive la Flia. Sarapura. Los puntos que indico no están cerca del Mirador”, aclaró.
Mainoli continuó diciendo: “Fuimos hacia el río Castellano. Escuchamos tres disparos en un lapso de 10 o 20 segundos, eran provenientes de la zona sur, por el ruido parecían de un arma de bajo calibre. Pensamos que eran cazadores, después nos fuimos y no pasó nada más. Finalmente por las noticias supimos del crimen”.