Apareció la actitud, aquella que salió a relucir en los minutos finales en el clásico frente a Juventud; y el orden ausente en los últimos partidos. Pero falló otra vez en la puntada final y equivocó los caminos cada vez que las chances de inflar la red se le presentaron en el empate de ayer, 1 a 1, frente a Libertad, en Sunchales.
El albo mereció un poco más y mostró mayores razones y argumentos que su rival como para llevarse los ansiados tres puntos del difícil reducto del Plácido Tita del norte santafesino: madrugó casi desde el arranque del pleito con un cabezazo que sacudió la modorra en el área sunchalense, pero otra vez no pudo sostener todo lo que había construido y merced a un yerro defensivo luego pagó la igualdad, que sería la definitiva, en el complemento.
El albo utilizó el pressing como principal arma para ahogar a Libertad en los primeros minutos y así generó sus primeras chances: primero, con una intervención de Matías Guglielmi en la que estuvo cerca de convertir a modo de aviso; y luego, con la apertura del marcador. A los 7′ Federico Rodríguez se elevó más alto que todos en el área del tigre y con un fenomenal cabezazo que desvió la trayectoria del balón ponía la ventaja parcial para Gimnasia, que parecía decidido a gestar su primer triunfo en la era Salvador Ragusa. Tras la ansiada conquista, fue el local el que adelantó sus líneas dada su necesidad y urgencia y allí Martín Perelman, el arquero ratificado por el Profe, probó sus guantes, a los 10′.
Posteriormente fue Guglielmi quien pudo engrosar las cifras de contra (23′) y a los 27′ otra vez Perelman salvó oportunamente su valla tras un remate envenenado de Guglielmi. El albo se mostraba compensado en el medio ante cada ataque y respondía en idénticas dosis, con un relativo orden en la zaga y con el Bocha Rodríguez y Gastón Suso como lo más destacado de la línea de tres que plasmó el DT por la exigencia de triunfos. En tanto, la usina de ataque comandada por Germán Weiner no daba frutos, para fortuna del elenco salteño.
Con una acción fallida de Zárate en el área de Libertad se esfumó el primer tiempo con el handicap de Gimnasia, que duró menos de lo previsto porque Ocaño, tras una serie de desatenciones definió de cabeza y decretó la igualdad.
El empate inyectó una pócima de actitud en el albo. Con enjundia y fortaleza, pero sin claridad ni ideas, cascoteó permanentemente el área del tigre, aunque sin fortuna. El juego asociado entre Saucedo, Navarro (de buen debut), Ceballos, Chaves y Zárate (otra vez guapeó ante las adversidades y entregó todo lo que pudo) no surtieron el efecto esperado pero llegaron a inquietar a la tambaleante última línea de los santafesinos, sobre todo por el flanco derecho del ataque, donde Gimnasia trataba de capitalizar más los espacios. Ceballos manejó los hilos de los tibios ataques del albo. El equipo mostró hambre y vergenza, pero desnudaba alarmantes déficits en la terminación de las jugadas y en los centros al vacío sin destino.
A los 11′ fue Ceballos el que hizo lucir los guantes del arquero Ramírez; a los 12′ la Chancha realizó una gran maniobra individual que no pudo liquidar Saucedo y a los 17′ Guglielmi remató desviado tras una buena maniobra de Chaves.
En tanto, Libertad optó por complicar a la visita con el juego aéreo, allí donde el albo se mostró más errático, pero los argumentos para ganar del local eran pobres y no alcanzaban. El albo se animó en los minutos finales con un hombre más tras la expulsión de Arach y con los ingresos de Besel y Vazzoler. Y fue Pancho el que falló el tiro del final, un cabezazo que besó la cara externa del palo derecho.