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La incoherencia y la lujosa vulgaridad del Indio Solari

El Indio Solari no fue a Olavarría solamente a tocar su música para satisfacer a su masiva feligresía. Si se lo quiere contar así es un cuento como tantos otros. Otro relato. Muy pocas de sus decisiones en los últimos quince años no pueden ser tildadas no ya de polémicas sino bien ajenas a las de alguien que proyecta y vende la imagen de progresista.

Primero se desmarcó de la banda que le dio fama y leyenda: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Se asumió como líder de la obra cuando habían decidido que no habría líderes. Se tentó con convertirse en la estampita del grupo y como solista organizó de manera independiente, un método distintivo de Los Redondos, una docena de los shows más convocantes de la historia del espectáculo.

Y con el mayor margen en la relación costo-beneficio. Esto es: alquiler de lugares lejanos y muy baratos, venta indiscriminada de tickets, negociación mano a mano con intendentes para imponer condiciones y evitar pagar impuestos y casi nula inversión en seguridad.

Siempre también con escasez o con ausencia de pantallas y con un sonido invariablemente defectuoso por un sistema incapaz de llegar a su océano de gente como él mismo lo define en el documental Tsunami para su propia vanagloria. A metros del escenario ya no era posible ni ver ni escuchar nada.

Ego y avidez que exhiben algo más: ciertas dosis de cinismo. Si no invierte en equipos de imagen y de audio para que puedan ver y escuchar cien o doscientos mil espectadores, ¿por qué los convoca?

Miles y miles no ven ni escuchan. Se arremolinan para descontrolarse. Solari vende descontrol. En Olavarría se vio claro. Apretujándose unos con otros y en la confusión cuerpos que vuelan por el aire y cuerpos de pronto pisoteados. Y también muertos. Los muertos son parte de la cultura ricotera.

Solari es un ícono que se pretende contracultural. Se volvió millonario vendiendo esa imagen.

El Indio Solari es un ícono que se pretende contracultural y que se ha vuelto millonario vendiendo esa contracultura. Cultura anarco-autoritaria: todo se puede. Juntar 300 mil personas sin controles y si hay problemas desentenderse. La culpa es de las autoridades o de los medios, que venden pescado podrido.

La entrada para el recital decía: “Usted asume los riesgos inherentes a este tipo de evento”. Detrás hay un extraordinario Poncio Pilatos aunque la seguridad es una responsabilidad de la Provincia. El intendente Galli, del Pro, también se exculpó. Buscaba dar un golpe de efecto para su imagen y de la Ciudad. Alguien lo convenció o él se convenció de que iba a lograrlo con el recital. Hasta aceptó salir como “fiador” de los productores de Solari.

Entre el hacinamiento, el lucro, la avaricia de un músico multimillonario y la fiebre musical: crónica de la noche del Indio Solari en Olavarría.

Millonario que sale en la Revista Forbes

Se hace el marginal pero es multimillonario: El Indio Solari es el rockero más rico del país. Dueño de una imponente mansión en Buenos Aires y de un piso en Nueva York.

Las ganancias netas del fatídico recital del Indio Solari en Olavarría superaron los 7 millones de dolares. Un alto porcentaje de esa cifra pasó a engrosar la fortuna del cantante, calculada entre las mayores de los músicos argentinos según el ranking Forbes.

La edición argentina de esa revista elaboró en 2012 un ranking que incluye a los 10 músicos más ricos de nuestro país. La lista la encabeza el Indio Solari. El ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, de 72 años, tenía en ese entonces un patrimonio de 13 millones de dólares.

Hasta el año 2017 muy pocos se habían preocupado por saber cuánto ganaba el Indio en cada una de sus “misas”. Pero los números detrás del trágico recital de Olavarría, pusieron en la mira las cifras del líder de Los Fundamentalistas, ubicado entre los artistas millonarios del ranking Forbes.

Con una facturación en torno a los 10 millones de dólares por la venta de entradas, las ganancias netas del recital que terminó en tragedia superarían los 7 millones de dólares. Un alto porcentaje de esa cifra pasó a engrosar la fortuna del cantante. Además, el Indio y su socio inmobiliario Julio Carfi desarrolla diversas inversiones millonarias en la zona de Castelar y Parque Leloir. Mientras los chicos, grandes y amantes de la música de Los Redondos, siguen juntando moneda sobre moneda el dinero para entrar a la «Misa» del Capitalista del Rock.

Incoherente

El fenómeno del Indio es tan contradictorio como su vida y su mensaje. Fieles que viajan miles de kilómetros juntando de a dos pesos para asistir a la misa del maltrato hacia el público, pagando entradas carísimas, en ciudades chicas, muchas veces triplicando su cantidad de habitantes durante 12 horas con el caos que esto genera, alejadas de los grandes centros urbanos adonde el tipo se garantiza no pagar ningún tipo de impuesto para hacer más redituable aún un show que de por sí es una mina de oro, la única consigna que persigue es ganar la mayor cantidad de millones posibles en sólo 90 minutos.
Obviamente que el costo operativo de hacer un mega show para 200.000 personas es mucho menor que hacer 5 para 40.000 como debería hacerse para que los asistentes puedan disfrutar de algo de calidad.

Está comprobado que los riesgos de que pasen cosas como las que pasaron en Olavarría son directamente proporcionales a la cantidad de asistentes al evento, es por eso que en el mundo casi no se hacen shows de esta envergadura. No es que no haya en el mundo artistas que puedan convocar a la cantidad de gente que lleva Solari ( hay muchísimos que convocarían a mucha más gente), no se hacen por una cuestión de seguridad y respeto al público, cosa que este músico capitalista no le interesa, y que su público se lo banca y hasta parece que le gustara, en una especie de síndrome de Estocolmo del rocanrol.

Mal sonido, predios no aptos para eventos masivos (como el Hipódromo de Gualeguaychú, adonde taparon una laguna para que la gente se pare arriba, y después de dos días de lluvia y con un frío tremendo se hizo entrar al público arriba de ese fango), sanitarios deficientes, pésimas o nulas instalaciones, etc. Todo gasto operativo que se pueda ahorrar en pos  de maximizar el negocio y en detrimento de su público es bienvenido, total el público se la banca.

Quizá hacer una analogía de este fenómeno con lo que pasa en el país , aunque van de la mano, sería meterse en política, y no es la intención, sería meterse en un terreno inútil y desviar la atención de lo realmente grave. Tampoco es la intención poner en tela de juicio el fanatismo y lealtad de sus fans a quienes tanto maltrata, ellos son sus principales víctimas (entre tantas otras). Muchos vimos anuncios de padres desesperados buscando a sus hijos que fueron a Olavarría y todavía no volvieron ni dieron señales de vida. La intención es poner en evidencia al arista, que aunque sea tan obvio, muchos aún parecen no haberle sacado la ficha… Incluso es contradictorio que en su carrera solista, que es cuando explotó su nivel de convocatoria, no ha tenido éxito ni siquiera entre sus fans un solo tema de los discos que sacó, siendo los himnos de sus espectáculos las canciones de la época de sus ahora enemigos y ex compañeros, los Redonditos de Ricota, como JiJiJi, Mariposa Pontiac o Motor Psico por poner algún ejemplo.

Contradictorio en pregonar que sus shows son solo artísticos y sin política, cuando siempre mete algunos bocadillos durante el recital mientras va de la mano de algún intendente, gobernador o diputado que le hace el caldo gordo para que él pueda explotar al máximo su negocio. A Gualeguaychú fue apoyado por el gobierno provincial y municipal en plena campaña, haciendo del evento un tema de estado le permitieron hacer lo que quiso, y no solo que no le cobraron un peso de nada, sino que le asignaron muchísimos recursos de la provincia y el municipio para colaborar con su oneroso show. En Gualeguaychú un milagro hizo que el saldo no fueran más que cientos de casos de hipotermia e intoxicaciones varias.

En Olavarría esta organización mezquina se llevó la vida de (hasta el momento) dos jóvenes. ¿Quién se hará responsable de estas muertes inútiles ?
El Indio Solari combatiendo al capitalismo desde su casa de New York, adonde vive, o diciendo que el lujo es vulgaridad mientras descorcha un Don Perignon en un cinco estrellas, sus contradicciones son la constante, un discurso para la tribuna, y una vida de millonario de Wall Street…mientras tanto, todo parece indicar que Solari seguirá haciendo su «tarea fina», y sus fieles seguirán yendo a la tan famosa misa…a seguir vistiendo a su santo de madera.